sábado, 14 de agosto de 2010

Poseidón

Cabalgaba sobre las olas el Dios del mar, con su tridente dentado de plata y su medio cuerpo escamado. Las olas surcaban el gran profundo océano perlado por blanca espuma. El sol se ocultaba en la lejanía y alli se dirigió el. Muchos nombres tenía. Dios del mar era el único verdadero. Un Dios, que mas daba si total, estaba solo en el gigante azul...

domingo, 8 de agosto de 2010

Reflexión de un somnoliento.

Aquellas horas de oscuridad sentada frente al balcón. Era tarde. ¿Qué iba a hacer ella? Estaba sentada, el tiempo se escurría entre sus manos. Al fin y al cabo ella no tenía la culpa. El tiempo se respetaba. ¿Por qué? No se podía ver ni tocar, y, al fin y al cabo, era efímero. ¿Qué era el presente mas que el futuro pasado, o que el pasado futuro?
El tiempo iba y venia en oleadas. ¿Que podía hacer? Al fin y al cabo ella no podía volar. Si pudiera volar todo seria mas fácil; esquivar el tiempo.
¿Y el espacio? ¿Qué es? o ¿Qué era?
El lejano azul o el techo rojizo.

sábado, 7 de agosto de 2010

Reflexión sobre Seres

Imagínense por un momento que el mundo se auto destruyese por nuestra causa, llenándose por completo de agua, tapando todas las civilizaciones y continentes.Y, que seguidamente seres extravagantes viniesen de un mundo en el que el agua no fuese nada importante e imprescindible para subsistir.
Al ver nuestro planeta lleno de dicho líquido ¿no deberían creer que no hay vida alguna?
¿No puede haber una civilización perdida bajo la arena de marte o el gas de Júpiter?
la vida es no esta;
pero... ¿Quién la tiene?

martes, 23 de febrero de 2010

Relato de una feria viva


La bóveda estaba ornamentada con pequeños puntos de luz blanca que caían sobre la lúgubre ciudad.
La noche era fría y la brisa se filtraba entre las calles tenebrosas y vacías. La luna permanecía incrustada en la oscuridad, intentando crecer.
De entre las sombras, algo descendió.
Tenía el rostro humano, de exquisita belleza. La tez muy morena y lisa. Entre sus facciones oscuras, se distinguían unos ojos marrón brillante y una boca fina, de labios rojo sangre. De su cabeza pendía un pelo rubio brillante que tapaba gran parte de su frente, y llegaba a traspasar un poco sus abultados hombros.
De su corpulenta espalda brotaban dos grandes alas blancas como la nieve, cubiertas de plumas lisas y de suavidad despuntante. Estas planearon hasta la cima de un alto edificio grisáceo.
Oteó la oscuridad de la lejanía, hasta dar con su objetivo.
Cuando esto sucedió los ojos se le iluminaron y se desplazó hasta el borde del edificio, donde se dejó caer.
Segundos más tarde desplegó sus fuertes alas majestuosas, que se opusieron a la fuerza de la caída y del viento frío e irguiéndose, se dirigió a su rumbo determinado.